¿Quieres conservar tu revestimiento cerámico y sus juntas como si fuera el primer día?
Los revestimientos cerámicos
Son materiales con mayor facilidad de uso y menor mantenimiento, si bien es conveniente realizar de forma periódica un mantenimiento para prolongar la vida útil del producto.
Límpialos con frecuencia
• Utilice una bayeta húmeda y una solución diluida de detergente. Presta especial atención a la posible aparición de manchas (verdes o negras) ya que puede crear hongos en la baldosa. También se puede utilizar lejía doméstica, siempre y cuando antes te hayas asegurado de que no afectará al acabado de la pieza.
• En caso de que tus azulejos tengan manchas o incrustaciones, deberás utilizar productos específicos para eliminarlas. Una vez te asegures de que los azulejos están totalmente limpios y secos, debes aplicar con la ayuda de un rodillo, una capa de imprimación específica que podrás encontrar en tu tienda BigMat. Después, aplica el esmalte en blanco o en el color, del cual te recomendamos que sea un esmalte al agua, ya que éste es más fácil de limpiar.
• Guarda alguna pieza de repuesto del mismo modelo por si necesitas cambiar alguna pieza dañada y dicho modelo ya está retirado del mercado. No te olvides del rodapié, del que también te recomendamos que guardes piezas de repuesto para cualquier imprevisto que pueda surgir.
Juntas de azulejos | Mantenimiento
Con el tiempo, la humedad y la acumulación de suciedad, las juntas de tus azulejos se ennegrecen y pueden incluso llegar a desprenderse. Para evitar estos problemas, en BigMat tenemos una serie de consejos.
Juntas negras
Para solucionar este problema, deberás limpiarlas con un líquido especialmente fabricado para esta función, y que te garantizará un resultado óptimo. Esta limpieza hay que hacerla de forma periódica, pero sin abusar ya que las juntas se desgastan.
Juntas deterioradas
Cuando nuestras juntas están muy gastadas, la única opción es renovarlas. Para ello, puedes llamar a un profesional o bien optar por hacerlo tú mismo siguiendo los siguientes pasos:
1. Con ayuda de una espátula o punzón, retira las viejas juntas.
2. Cuando ya esté retirada, elimina todo rastro de polvo, humedad e imperfecciones utilizando un cepillo y finalmente aspira bien cada junta.
3. Crea una masa con mortero para juntas y agua. Una vez preparada, y con la ayuda de una llana de goma, rellena todas las juntas extendiéndola en diagonal a las juntas y presionando la masa sobre ellas.
4. Quita los excesos de masa sobre las juntas y espera unos 15-20 minutos. Pasado este tiempo, veremos cómo se ha empezado a endurecer el mortero ya que pierde brillo. Limpia el azulejo y la junta usando sobre ellas una esponja húmeda, así podrás dejar las juntas iguales.
5. Por último, deja secar el mortero el tiempo que indique el envase, y una vez esté endurecido, haz una limpieza final enjuagando la zona con un paño húmedo.
6. Ya que cambias las juntas, ¿por qué no les das un nuevo look? Existen tintes para el mortero con una gran variedad de colores, los cuales además de mejorar el aspecto de tus azulejos, harán que se ensucien menos. Además, puedes combinar tus azulejos con piezas especiales que le darán otro aire a tu estancia.