1. Divide tu espacio exterior en zonas de iluminación.
De esta forma no necesitarás encender todas las luces a la vez y tu consumo de
energía se verá notablemente reducido.
para no utilizar más luz de la que realmente necesitas.
descanso de los demás. Por ello, la forma ideal de evitar este problema es
empleando iluminación descendente, la cual consiste en poner la luz en puntos
altos e inclinarla hacia abajo. De esta forma podremos no solo preservar la
oscuridad en el cielo, sino también proporcionar luz a las zonas donde
realmente se necesita.
4. Utiliza tecnología LED y podrás ahorrar 1/3 del gasto energético.
Estas luces son muy resistentes tanto a las temperaturas extremas como a la
humedad. Consulta el estándar IP antes de adquirirlos para saber la protección
que te otorgarán. En la actualidad hay varias opciones según tus necesidades:
focos y apliques, proyectores, velas, empotrables de suelo, lámparas LED
flotantes para zonas acuáticas…